¿Cómo vivir en el infierno?
Siendo el infierno una constante en el mundo humano, para poder vivir en él, tenemos que crear un mundo para nosotros, nuestro propio mundo, un mundo de luz, luz generada que disipará toda tiniebla dándole su lugar, deberás crear un mundo alrededor de ti y para ello debemos tener en cuenta ciertas acotaciones;
Vamos a realizar un viaje que nos permitirá deducir el cómo. Para comenzar debemos comprender que en principio la función del infierno es atormentarnos, ¿cierto? Y en todas las escrituras, de todas las religiones antiguas y modernas, se relaciona como un lugar destinado al tormento, ninguna de ellas muestra como eliminarlo y esto es, porque es indestructible, su esencia es ser, existir y no puede eliminarse, mas sí podríamos apartarlo o eliminar su influencia en nuestras vidas. Es la única forma de mudarnos de allí, aprendiendo a vivir allí sin afectarnos. Expliquémonos mejor;
Debes quitarle fuerza al infierno, como reino que es, debes debilitarlo, bien dijo Cristo, que todo reino dividido perece; pues tiene razón, nuestra función es derribar el reino del infierno e instaurar el reino de los cielos, que ya está entre nosotros pero no lo hemos conocido. Sin embargo Jesús alertó sobre las dificultades de apartarnos del infierno e incluso de los efectos negativos de apartarlo en forma tajante. Recordemos la parábola de la mujer que leudaba la harina, poco a poco.
Tenemos que aceptar primero, que el infierno es un lugar constante en nuestras vidas mientras vivamos en el mundo, siendo del mundo o no indistintamente, por lo que debemos aprender como vivir en paz y con provecho mientras buscamos la salida. Pero ¿cómo podemos hacer? debemos lograr que no influya en nosotros, debemos buscar la inmunización.
La biología del cuerpo es semejante a la espiritualidad de este, siendo dos sectores distintos, igual se relacionan entre si como todo órgano complejo. En nuestra biología, cuando hablamos de inmunización lo relacionamos con vacunas o con algún tipo de defensa ante la amenaza de un patógeno extraño al cuerpo. Usted, como yo sabemos, que nuestro cuerpo posee un sistema inmunológico natural encargado de proteger y defenderlo de estas amenazas bacteriológicas.
Cuando una bacteria entra a nuestro organismo, inmediatamente se despliega todo un sistema de alarma, los glóbulos blancos salen a buscar al agente extraño, lo ven y al no reconocerlo, entonces lo comen, lo eliminan. Cuando el extraño es muy letal, el mismo sistema inmunológico se encarga de crear más glóbulos blancos para la batalla. Igual a esto funciona nuestra alma, si configuramos que tenemos glóbulos blancos espirituales, los llamaremos glóbulos de luz y a las bacterias llamaremos tinieblas. Con estas comparaciones vamos aclarando perspectiva.
Nuestros glóbulos de luz deben defendernos y protegernos de las tinieblas, un hombre que practica la espiritualidad y que está labrando su mundo hacia el Padre, no debería sufrir de tinieblas; sin embargo toda vida humana, independientemente de su nivel espiritual, sufre los embates de las tinieblas, entendiendo por tinieblas todo aquello que se ha sugerido en todas las religiones; lo contrario a bueno, lo malo al ojo de Dios o del hombre.
Cuantas veces nos hemos preguntado porqué si nos portamos bien, hacemos todo lo posible por agradar a Dios, ayunamos, oramos, vamos a la iglesia, practicamos un tipo de religión, hacemos caridad, soy pobre o soy rico y ayudo, soy buen hijo, buen padre, etc., etc. ¿Por qué tengo esta, tal o cual calamidad? Porque mis hijos van por otro camino, mi esposo me domina, me botan del trabajo, mi esposa es infiel, estoy enfermo, estoy pelando, etc. ¿Por qué? Esta disyuntiva la ha presentado el hombre durante toda su existencia, ¿por qué si hago bien, me va mal? O muchas veces nos va excelente por un tiempo y luego otra vez… el infierno!
Durante toda la historia de filosofía, ciencia y religión el hombre consciente o inconscientemente ha tratado de conseguir una respuesta a ese por qué. Unos se la han atribuido al constante cambio de todo, otros a que Dios lo quiere así y hay que aceptar su voluntad, otros han comentado sobre el karma, maldiciones generacionales, el diablo que quiere hacerte caer, etc., etc. y miles de etcéteras. Pero nunca ha habido una respuesta lógica y esto es, porque no se han detenido a leer la Biblia más allá de su mensaje formal. No sabéis que Jesucristo hablaba en parábolas no para que lo entendieran unos pocos eruditos, sino para que su mensaje se protegiera de aquellos quemadores de historia. Una parábola es muy difícil de desfigurar, no imposible, difícil, pues siempre, aunque modificada, alguien entenderá “algo”...